Las resistencias bacterianas pueden poner en riesgo los avances de la medicina moderna
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El presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Antonio Rivero, y el portavoz, José Miguel Cisneros, han reflexionado sobre las consecuencias que en un tiempo corto ocasionarán las resistencias a los antibióticos si no se revierte la situación actual. Las resistencias a los antibióticos se producen por cambios en la estructura genética de las bacterias.
Pregunta.- ¿Por qué se producen las resistencias a los antibióticos?
Respuesta.-Las resistencias a los antibióticos se producen por cambios en la estructura genética de las bacterias. Estos cambios suceden a nivel molecular y son de diferentes tipos, pero lo más importante es que son los antibióticos la causa principal de estas variaciones genéticas con las que las bacterias se protegen frente a ellos.
P.- ¿Qué consecuencias tienen las resistencias a corto, medio y largo plazo?
R.-A corto plazo, la principal consecuencia y la más grave, es que el desarrollo de resistencia empeoran el pronóstico de los pacientes, porque las infecciones causadas por bacterias resistentes son más difíciles de tratar que las producidas por bacterias sensibles a los antibióticos habituales. Ello es debido a que los antibióticos habituales (denominados “de primera elección”), que son los más eficaces y seguros, no sirven frente a estas bacterias. Ello provoca mayor mortalidad, estancias hospitalarias más prolongadas, más secuelas, y mayores costes sanitarios. Además, las bacterias multirresistentes por su capacidad de transmisión, particularmente a través de las manos, producen con frecuencia brotes en los hospitales y en centros sociosanitarios, que multiplican las consecuencias negativas descritas anteriormente al afectar a múltiples pacientes.
De seguir así, a medio y largo plazo, las resistencias bacterianas pueden poner en riesgo avances de la medicina moderna, porque sin antibióticos no sería posible realizar trasplantes, poner quimioterapia para tratar el cáncer o realizar cirugías complejas. Es por eso que la OMS las califica como una de las mayores amenazas para la salud pública mundial.
P.-¿Qué necesitaríamos para mejorar esta situación?
R.-En primer lugar, necesitamos mejorar el uso que realizamos de los antibióticos disponibles, evitando la prescripción injustificada o inadecuada de ellos, que es tan frecuente, y especialmente la de los antibióticos de más amplio espectro de acción. En segundo lugar, debemos reducir el riesgo de infección, para ello es necesario optimizar el uso de las medidas higiénicas; y de las vacunas que son tan útiles para evitar infecciones tan comunes como la COVID-19 o la gripe. En tercer lugar, necesitamos seguir investigando para desarrollar nuevos antibióticos o nuevas estrategias de tratamiento diferentes a los antibióticos. Por supuesto, hay que seguir con el esfuerzo de mejorar el uso de los antibióticos actuales. Por último, en nuestro país, reconocer la especialidad de enfermedades infecciosas como en el resto de los países europeos, porque como veremos a continuación, los infectólogos forman parte del núcleo de los equipos que trabajan en los programas de optimización de antimicrobianos (PROA) de los hospitales.
P.-¿Existen métodos diagnósticos que nos ayuden a optimizar los retos que tenemos actualmente?
R.-Los PROA son la herramienta más poderosa para mejorar el uso de los antimicrobianos. Son programas de calidad asistencial, basados en la formación continuada, no impositiva, que tienen como objetivo elevar el nivel de conocimientos de los médicos clínicos sobre las enfermedades infecciosas, su diagnóstico y tratamiento. Estos programas son multimodales, e incorporan diferentes medidas de intervención, entre ellas los avances en el diagnóstico microbiológico de las enfermedades infecciosas, tan importantes para facilitar el tratamiento personalizado del paciente.
P.- ¿Qué importancia tienen?
R.-Los PROA son claves en la mejora del uso de los antibióticos.
Numerosos estudios han demostrado que son útiles en reducir la
presión antibiótica con seguridad y con ella contribuir a detener la
progresión de las resistencias bacterianas.
P.- ¿Cuál es el papel del microbiólogo y el infectólogo?
R.-Microbiólogos e infectólogos, forman parte del núcleo de los equipos
PROA, en torno al cual otros especialistas y profesionales sanitarios
hacen frente al reto de las resistencias bacterianas. Solo es posible
hacer frente a este reto desde equipos multidisciplinares con apoyo
institucional como los PROA.
P.-¿Cómo contribuye la SEIMC, a través de grupos como
GEIPC, a mejorar el conocimiento en este ámbito?
R.-La SEIMC ha liderado junto con la SEFH los PROA en nuestro país con
numerosas actividades entre las que destacaría, la elaboración del
documento de consenso sobre PROA; la ideación y desarrollo inicial
de la norma de certificación de los equipos PROA de hospitales,
recientemente aprobada por el Consejo Interterritorial; la realización
de actividades académicas, como el Diploma de Expertos PROA,
patrocinado por el PRAN; y de actividades de formación como el curso
anual de Principios y Práctica de PROA organizado por el grupo de
estudio GEIRAS de la sociedad. Y todo ello en estrecha colaboración
con el Plan Nacional de Resistencias a Antibióticos (PRAN).